Vivimos en una época donde la información fluye sin filtros, donde la emoción parece pesar más que los hechos y donde la percepción sustituye con frecuencia a la realidad. Esta es la era de la posverdad: no se trata ya sólo de qué es verdad, sino de qué se acepta como verdad.
Orígenes y contexto
La posverdad no surgió de la nada. Vivimos en un mundo hiperconectado y fragmentado. En los últimos años hemos visto cómo ciertas decisiones políticas o sociales se vieron profundamente influenciadas por mensajes emocionales más que por datos claros.
Por ejemplo, diversos estudios señalan que durante el proceso del Brexit, la amplificación de noticias virales no siempre verificadas jugó un rol clave en la formación de la opinión pública. Y lo mismo ocurre en el ámbito empresarial: cuando la comunicación –interna o externa– se basa en mensajes superficiales, poco fundamentados o diseñados solo para agradar, el riesgo es perder credibilidad y rumbo.
¿Por qué nos afecta a los empresarios?
Porque como líderes tenemos dos grandes responsabilidades:
1. Comunicar desde la veracidad.
2. Formular mensajes que generen confianza.
Cuando la comunicación se vuelve ligera o manipulada, se compromete no solo la imagen de la empresa, sino también su cultura interna y su capacidad de tomar decisiones alineadas con valores sólidos.
Claves para comunicar con integridad
– Busca fuentes sólidas. Antes de difundir un mensaje, incluso dentro de tu organización, comprueba que esté sustentado.
– Sé ecléctico, pero con criterio. Escucha, compara, investiga. No te quedes con la primera versión ni con lo que más ruido haga.
– Cuida tu marca personal. En redes sociales y en medios, tu reputación comunica tanto como tu empresa. Un mensaje malintencionado o mal verificado puede afectar la credibilidad que tardaste años en construir.
– Practica la transparencia. Los colaboradores, clientes y aliados valoran que seas claro, honesto y Comunicar con verdad en la era de la posverdad coherente. La transparencia construye confianza, y la confianza construye lealtad.
Hacia dónde vamos
La era de la posverdad exige un nuevo tipo de comunicación: una que sea intencionada, ética y estratégica. Las empresas que lo entiendan primero tendrán una ventaja competitiva real.
En un futuro cercano, la capacidad de gestionar información veraz y comunicarla con claridad se convertirá en uno de los activos más valiosos para los empresarios consolidados que buscan mantenerse relevantes en un entorno de sobreinformación y ruido digital constante.
Conclusión
La verdad es más valiosa que nunca. Pero no basta con tenerla: hay que comunicarla bien. En una época en la que la emoción puede sustituir al dato, la diferencia entre una empresa que flota y una que lidera estará en la calidad de su comunicación.
Porque al final, comunicar con verdad no solo es un deber ético, es una estrategia de liderazgo.
Artículo co-creado por Manuel Muro en colaboración con Inteligencia Artificial, con el fin de reflexionar sobre la comunicación en tiempos de posverdad.