- 20 de junio de 2025
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Salud Inteligente, Empresas Responsables

Implementar IA con enfoque ético y médico no solo mejora la salud, también fortalece la cultura organizacional.
POR: Dr. Jorge Sanchez González y Dr. Martín López Rodríguez
La inteligencia artificial (IA) ya está presente en muchas decisiones empresariales, incluida la salud. Bien utilizada, puede mejorar el bienestar del personal y fortalecer la sostenibilidad de una organización. Pero su valor no depende únicamente de la tecnología, sino de cómo se implementa: con responsabilidad, visión clínica y atención a las personas.
«La IA puede aportar mucho a la salud organizacional, si se aplica con criterio médico, claridad operativa y propósito humano.»
IA EN SALUD: UTILIDAD CUANDO SE USA CON CRITERIO
La IA ya permite analizar grandes volúmenes de datos clínicos, anticipar riesgos y apoyar decisiones médicas de forma más precisa. Esto favorece intervenciones preventivas, diagnósticos más oportunos y tratamientos personalizados, siempre que se interprete en contexto.
Sin embargo, los sistemas automáticos no sustituyen la mirada clínica ni el juicio experto. Cuando se aplican sin respaldo médico, los resultados pueden ser contraproducentes: desde falsas alarmas hasta la pérdida de confianza en la información.
La clave está en integrar esta tecnología como herramienta de apoyo, no como fin en sí misma. Lo que genera valor es su uso estratégico, no su simple adopción.
EN LAS EMPRESAS: CUIDADO O CONTROL
En el entorno corporativo, la IA se está utilizando para identificar signos de fatiga, predecir enfermedades comunes y diseñar programas de salud más eficientes. Estos avances pueden tener un impacto positivo real, siempre que se apliquen con respeto, transparencia y participación del personal.
La diferencia entre una empresa que cuida y una que vigila está en las decisiones posteriores al dato. Detectar agotamiento, por ejemplo, sólo tiene valor si se traduce en acciones concretas: ajustes de carga laboral, pausas programadas, y una cultura que priorice el bienestar.
Al mismo tiempo, aseguradoras están utilizando IA para personalizar pólizas empresariales. Esto puede reducir costos, pero también implica riesgos si no se supervisa adecuadamente. Existen modelos que, mal diseñados, pueden excluir a personas por factores genéticos o antecedentes médicos sin justificación clínica (Obermeyer et al., 2019). Por ello, las empresas tienen la responsabilidad de exigir transparencia, explicabilidad y criterios éticos claros.
CLAVES PARA USAR LA IA DE FORMA RESPONSABLE EN SALUD LABORAL
No todo lo digital es clínicamente útil. Validar herramientas con profesionales de la salud evita errores.
La privacidad no se negocia. Cumplir con normas como la NOM-024 y estándares internacionales garantiza confianza y legalidad.
Capacitar antes de implementar. El éxito depende de que el equipo entienda y confíe en la tecnología.
Escuchar a quienes la usarán. Las soluciones deben nacer del diálogo con las personas que viven los procesos.
Medir impacto, no solo adopción. La meta es reducir enfermedades, mejorar el clima laboral y cuidar al personal.
CASO A DESTACAR: TECNOLOGÍA QUE ESCUCHA
Una empresa manufacturera en Nuevo León implementó una solución de IA para detectar síntomas tempranos de estrés, fatiga y enfermedades respiratorias. La iniciativa se acompañó con acciones complementarias: pausas activas, ajustes de turno y espacios de retroalimentación.
A los seis meses, se observó una reducción del 30% en ausencias por enfermedad, y una mejora en los indicadores de satisfacción interna (Cortés & Navarro, 2022). El factor decisivo no fue solo la tecnología, sino el enfoque humano con que fue aplicada.
CONCLUSIÓN: TECNOLOGÍA CON SENTIDO HUMANO
La inteligencia artificial puede ser una herramienta útil para mejorar la salud en el entorno laboral, pero su impacto real depende del criterio con que se utilice. No basta con registrar síntomas o predecir ausencias: se trata de actuar con base en los datos, en beneficio de las personas y de la organización.
Usada sin cuidado, la IA puede generar saturación de información o decisiones poco éticas. Pero cuando se integra con visión médica, claridad operativa y compromiso con el bienestar, puede fortalecer tanto la productividad como la confianza interna.
Una reflexión para quienes toman decisiones:
¿Qué tanto del cuidado de la salud en tu empresa se basa en datos reales y útiles?
¿El personal entiende y confía en las herramientas que ya están en uso?
¿Se está previniendo o solo registrando?
Invertir en salud no es un gasto; es una estrategia de continuidad operativa, reputación y desarrollo humano. Y hoy más que nunca, eso también implica saber elegir y aplicar bien la tecnología.
Referencias
Cortés, R., & Navarro, L. (2022). Transformación digital en la gestión de salud laboral: Estudio de caso en el sector manufacturero mexicano. Revista Mexicana de Innovación Organizacional, 8(2), 34–47.
Obermeyer, Z., Powers, B., Vogeli, C., & Mullainathan, S. (2019). Dissecting racial bias in an algorithm used to manage the health of populations. Science, 366(6464), 447–453. [https://doi.org/10.1126/science.aax2342]