• 15 de julio de 2025
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¿Comunicas Desde Tu Esencia… O Desde Tu Ego?

¿Comunicas Desde Tu Esencia… O Desde Tu Ego?

PORManuel Muro

Experto en oratoria moderna y comunicación estratégica


¿Alguna vez te has preguntado si tu forma de comunicar nace desde tu verdadera esencia… o desde tu Ego?

Es una pregunta incómoda, pero necesaria. Porque cuando el Ego toma el micrófono, la conversación deja de ser un puente para volverse una barrera.

¿Qué es el Ego y cómo se cuela en nuestra comunicación?

El Ego, en su definición más simple, es esa voz interna que necesita validación, superioridad o control. No es malo en sí mismo —de hecho, muchas grandes hazañas han nacido de un Ego bien canalizado—, pero cuando se apodera de nuestra comunicación, aparecen los problemas:

  • Hablamos más de lo que escuchamos.

  • Nos cerramos a la retroalimentación.

  • Creemos que nuestra forma es la única correcta.

  • Reaccionamos ante críticas en lugar de reflexionar.

El Ego disfrazado de seguridad

La comunicación asertiva implica expresar lo que piensas sin agredir, y escuchar sin sentirte atacado. Pero cuando el Ego domina, confundimos agresividad con liderazgo, y vanidad con presencia.

Empresarios brillantes han cometido errores costosos por no escuchar: relaciones rotas, equipos desmotivados, negocios estancados. Steve Jobs fue despedido de su propia empresa por su arrogancia antes de aprender humildad. Adam Neumann, fundador de WeWork, vio desplomarse su imperio por decisiones impulsadas más por ego que por visión realista.

En México, el caso de Joaquín Vargas, de MVS, enfrentó fuertes controversias y rupturas internas al sobreponer posturas personales sobre estrategias de conciliación y diálogo. El Ego ha hecho tambalear imperios… y cuentas bancarias. 

Según Harvard Business Review, el 61% de los fracasos en liderazgo están relacionados con la incapacidad de aceptar retroalimentación o admitir errores. No por falta de talento. Sino por exceso de Ego.

Vivimos en la era del Ego hiperconectado

Hoy, las redes sociales alimentan una cultura donde parecer importa más que ser. Buscamos aprobación en likes y seguidores. Y sin darnos cuenta, comenzamos a comunicar más para impresionar que para conectar.

Pero comunicar no es demostrar. Es conectar. Y para conectar, hay que bajar el volumen del Ego y subir el de la escucha.

Tres preguntas que todo empresario debería hacerse:

  1. ¿Lo que digo construye o impone?

  2. ¿Escucho para entender o para responder?

  3. ¿Cómo sabría si mi equipo siente que puede hablarme con libertad?

Conclusión:

El Ego es tu enemigo en cada etapa de tu liderazgo. Y aún más en tu comunicación. Ser consciente de su presencia es el primer paso para no dejarlo hablar por ti.

Hablar desde la esencia, con autenticidad, escucha y humildad, no te hace menos líder. Te hace más humano. Y en los negocios, eso marca la diferencia.

Este artículo fue co-creado por Manuel Muro en colaboración con Inteligencia Artificial