- 18 de mayo de 2025
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Infraestructura Logística En México: El Impacto De Puertos, Carreteras Y Aeropuertos En Los Costos De Exportación

POR: MTRO. JOSÉ CARLOS NOVA SÁNCHEZ
La eficiencia logística es un factor determinante en la competitividad de las exportaciones mexicanas. Sin embargo, las deficiencias en puertos, carreteras y aeropuertos elevan los costos operativos y limitan la capacidad del país para posicionarse estratégicamente en los mercados internacionales. La deficiencia en la infraestructura logística de México incrementa los costos de exportación y limita la competitividad en el mercado global.
«La inversión en infraestructura logística es una necesidad urgente que el gobierno debe priorizar para reducir costos y fortalecer las exportaciones.»
Por cada 100 pesos que cuesta una mercancía de exportación mexicana, aproximadamente 12 pesos se destinan a cubrir costos logísticos, una cifra superior a la de otros países latinoamericanos. Mientras que en México estos costos representan el 12% del PIB, en Estados Unidos equivalen apenas al 8%. Esta diferencia coloca al país en una situación desventajosa frente a sus socios comerciales, afectando directamente la rentabilidad de las operaciones y la permanencia en mercados exigentes.
Las principales causas de este sobrecosto logístico están vinculadas a la falta de mantenimiento en las carreteras, saturación de los puertos y deficiencia en la capacidad operativa de los aeropuertos de carga. Por ejemplo, puertos como Manzanillo y Veracruz operan por debajo de su capacidad óptima, enfrentando limitaciones en infraestructura y conectividad terrestre. En el caso de las carreteras, más del 50% de las mercancías mexicanas viajan por rutas en malas condiciones, lo que incrementa los tiempos de traslado, la siniestralidad y el desgaste de las unidades.
Por su parte, aunque se han realizado inversiones como el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA), la infraestructura para manejo de carga sigue siendo insuficiente para ciertos sectores, especialmente para productos perecederos o de alto valor.
El impacto económico es contundente. Solo en 2023, las pérdidas por demoras en los 15 ejes troncales carreteros ascendieron a más de 169 mil millones de pesos, equivalentes a casi 464 millones diarios. Este tipo de ineficiencias logísticas representa un lastre para la productividad nacional, además de implicar riesgos para los productos y sus tiempos de entrega.
Resolver esta problemática requiere de una estrategia integral de infraestructura, impulsada por colaboración entre el gobierno y la iniciativa privada. Invertir en la modernización de puertos y aduanas, implementar tecnologías de automatización en los procesos de despacho y ampliar la red logística con visión regional, son acciones urgentes para revertir esta tendencia.
Un ejemplo negativo es el de una empresa exportadora de productos agrícolas del sur de México, que ha enfrentado pérdidas millonarias debido a la falta de transporte especializado en frío y la insuficiencia de centros logísticos intermedios.
Por el contrario, la modernización del puerto de Lázaro Cárdenas ha demostrado que cuando se invierte correctamente, los tiempos de espera se reducen, los costos logísticos bajan y la competitividad se eleva.
México tiene el potencial para consolidarse como una plataforma de exportación estratégica, pero este objetivo solo será alcanzable si se convierte la inversión en infraestructura en una prioridad nacional. Ignorar esta necesidad es permitir que el sobrecosto logístico siga frenando la competitividad de nuestras exportaciones.
Mejorar la infraestructura logística no es únicamente una cuestión de eficiencia operativa, sino una decisión estratégica que define el rumbo de la economía exportadora del país. Cada día que se pospone la inversión en puertos, carreteras y aeropuertos, las empresas mexicanas pierden competitividad frente a sus contrapartes globales.
La infraestructura no puede seguir siendo vista como un gasto postergable; es una herramienta indispensable para generar valor, reducir costos y asegurar la permanencia de México en las cadenas de suministro internacionales. Apostar por ella no solo beneficia al sector exportador, sino que impulsa el desarrollo económico de todo el país.
Ahora más que nunca, es momento de convertir los retos logísticos en oportunidades concretas de crecimiento.
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